Restaurante solo para dos "Solo per Due"

 Sorprende a tu pareja por 500 euros más el vuelo a Roma...

Una pedida de mano, un aniversario especial, un regalo romántico o un simple capricho. Ocasiones las hay a montones. Eso sí, esta vez la cosa va de parejas. Y es que el restaurante se llama Solo per Due y, como su nombre indica, es sólo para dos. De hecho, se autodenomina el restaurante más pequeño del mundo, y es muy posible que esté en lo cierto. Cualquiera podría pensar que la teoría romántica es excluyente, que hay miles de ocasiones que merecen privacidad y que no tienen porqué estar relacionadas con el amor. Una cena de negocios, por ejemplo. No, no es así, y ahora veremos el porqué.

El restaurante se encuentra en la villa de Vacone, a una hora en coche de Roma. Es una mansión del siglo XIX restaurada, de decoración rústica pero elegante y a la que se accede por un jardín con palmeras de todo el mundo. Si los comensales llegan al anochecer, el camino se ilumina con antorchas.


Dentro se encuentra un comedor espacioso y acogedor iluminado con velas. Una chimenea alumbra la estancia, y frente a ella se puede disfrutar del aperitivo en invierno. En verano, el mejor lugar para hacerlo es en el jardín, con vistas al valle  y bajo la sombra de la parra. Tanto en la previa como en la comida podremos degustar productos italianos de calidad que seleccionados, casi todos ellos, durante el proceso de reserva. Antes, durante o después de la comida se puede firmar en el libro dei pensieri y dejar en él plasmado el amor por el congénere o las reflexiones que se deseen. Si los clientes necesitan al camarero, bastará con que toquen la campana de plata pensada para este uso. Sí, como en las películas.

Aclaradas las dudas, os informamos de que la cena en Solo per Due cuesta 250 euros por cabeza, y 90 euros extra si se desea pasar la noche en La Cassetta, una casita de piedra en medio de un olivar. También se pueden solicitar exquisiteces como un exclusivo espectáculo de fuegos artificiales o que os vengan recoger a Roma en limusina. Por cierto, parecen ser muy meticulosos, porque insisten a los comensales que no lleguen con antelación a la hora acordada para poderlo tener todo preparado.

La velada se presenta inolvidable. Eso sí, con la pareja. Recordad reservar con bastante antelación, pues la lista de espera es contundente. No parece una escapada posible para esta semana santa, pero sí para el verano. Solo per Due nos ofrece vivir por una noche como enamorados de película de época.

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