Construir un jardin zen

En el diseño de jardines zen, la armonía con el universo es el eje directriz que comanda todos los aspectos de la construcción del mismo. Uno de los elementos tradicionales es la arena o grava blanca, donde se trazan ondas que recuerdan las que se forman en los estanques.

La filosofía zen busca la expansión de la conciencia humana hacia un entendimiento del universo. La meditación es el camino para captar la realidad sin la mediación del pensamiento, el cual junto con el lenguaje altera el entorno. Un jardín zen está concebido para mostrarnos la realidad desde la intuición, para fomentar la meditación, la creación e incluso el juego. La arena dibujada acompaña el relax, a la vez que construye un espacio en perpetuo cambio, al cual podemos añadir o retirar elementos de acuerdo a nuestras necesidades expresivas.

El diseño de jardines en Japón es un medio de representar el universo, inspirando vitalidad y serenidad. La contemplación de estos jardines nos sumerge en las ondulantes arenas que reproducen el movimiento del agua al arrojar una roca, en un permanente fluir de colores y texturas.

La creación de un jardín zen está orientada a la contemplación desde el interior de la vivienda, la cual se integra fácilmente con este espacio mediante el desplazamiento de los paneles que conforman las paredes.

Una característica de estos jardines es la asimetría que imita a la naturaleza e invita a la participación humana.

Mantenimiento y diseño de jardines zen:

El diseño de jardines zen apunta a la imitación de la naturaleza, al despojamiento y a la armonía. Estos jardines no requieren mayor mantenimiento, en realidad, luego de ser creados pueden ser contemplados indefinidamente.

Es característico de estos jardines, la inclusión de arenas blancas, rastrilladas formando ondas. La distribución de guijarros en torno a rocas y árboles, para señalar los elementos bellos. La asimetría característica de estos jardines se identifica con la naturaleza.

La distribución de los bloques de piedra sigue principios regidos por el simbolismo, donde la arena rastrillada representa al océano y al agua como fuente de vida y la ausencia de pensamiento. Esto requiere de una planificación previa, de modo de solucionar de la manera más equilibrada posible la distribución de rocas, sobre todo porque es difícil visualizar el efecto total del jardín una vez colocados los elementos, y por la dificultad de movilizar las piedras.

Antes de construir un jardín es necesario colocar una tela anti-raíces, para evitar que la maleza cubra nuestra arena y grava. Se puede incluir un arroyuelo, que tendrá agua o será seco, pero debe estar diseñado antes de comenzar con la creación del jardín.

Como plantas podemos incluir el bambú, pero siempre limitado por una maceta enterrada, para evitar que invada todo el jardín. Los arces japoneses son apropiados para contrastar con el blanco de la arena. También podemos colocar helechos en algún rincón. Algunas plantas florales como las azaleas, pueden incluirse en un rincón soleado. Los cerezos armonizan a la perfección con los jardines japoneses.

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